viernes, 30 de noviembre de 2007

Dime con quién andas…




Ricardo M. Sánchez Luna


El jueves por la noche, durante su encuentro con los medios de comunicación en la ciudad de México, Lynn Swann, ex receptor estelar de los Acereros de Pittsburgh y miembro del Salón de la Fama, consideró que no deben compararse el asesinato de Sean Taylor, profundo de los Pieles Rojas de Washington, con la situación legal de Michael Vick, quarterback de los Halcones de Atlanta, quien está a punto de recibir sentencia por organizar peleas clandestinas de perros.
En un sentido estricto, efectivamente, hablamos de dos hechos muy diferentes: por un lado tenemos un homicidio y por el otro a un jugador que se involucró en una actividad delictiva; sin embargo, creo que el trasfondo de ambos casos puede ser muy parecido.
Lo que tiene a Vick a tan sólo unos días de ir a prisión, además de su evidente falta de criterio, son las malas compañías. Y probablemente algo semejante fue lo que llevó a Taylor a la tumba… Piensen en esto por un momento.
La mayoría de los jugadores profesionales, no sólo de la NFL, sino de muchos otros deportes, como el boxeo o el futbol en nuestro país, provienen de cunas humildes, hablamos de chicos que crecen en barrios de escasos recursos, donde los vicios y malos hábitos se convierten en un estilo de vida y, en algunas ocasiones, son la única manera de sobrevivir.
En la Unión Americana suele suceder que alguno de estos muchachos reciba una beca para ir a la Universidad, evidentemente por sus habilidades atléticas y no por su brillantez académica, por lo que al cabo de unos años llega a las filas profesionales, donde a una edad muy temprana, sin la madurez suficiente, recibe de golpe millones de dólares.
Es entonces cuando reaparecen, sino es que siempre siguieron a su lado, esos “amigos” con los que, quizás, alguna vez comió del mismo plato. Es lógico el sentimiento de gratitud y solidaridad de los atletas hacia aquellos que algún día los ayudaron, pero es estúpido regresar a la mala vida cuando tienes el futuro resuelto.
Eso sucedió con Michael Vick, quien sin necesidad alguna, tras firmar un contrato histórico por más de 100 millones de dólares con Atlanta, se dejó influenciar por sus “amigos” de la preparatoria, Purnell Peace y Quanis Phillips, para que financiara peleas clandestinas de perros en un predio de su propiedad.
En cuanto a Taylor, habrá que esperar a que se desarrolle la investigación, pero no podemos pasar por alto los siguientes datos:
a) En junio del 2005 fue detenido por dos delitos graves de agresión, por empuñar un arma y atacar a un hombre quien, según Taylor, le había robado dos vehículos todo terreno. Sin duda, este puede ser móvil para una venganza.
b) Su amigo de la infancia y compañero en la Universidad de Miami, Antrel Rolle, con quien creció en el mismo barrio del sur de Miami, asegura que “había mucha envidia” de ex amigos de Taylor con los que creció y después dejó de frecuentar cuando saltó a la fama en la NFL, quienes incluso ya lo habían hostigado.
c) Egresó de la Universidad de Miami, de la cual, 11 jugadores (incluyendo a Taylor) se han visto involucrados en incidentes trágicos, sin que varios de ellos hayan sido esclarecidos, como el asesinato del tacle defensivo Bryan Pata, apenas en noviembre anterior.
Yo no sé ustedes, pero con todo respeto, no puedo creer que la policía de Miami se empeñe en decir que este crimen fue un asalto aleatorio y no un acto premeditado, cuando además de lo arriba señalado, exactamente ocho días antes de la fechoría se habían metido a robar a la casa del malogrado jugador, dejándole un cuchillo sobre la cama, algo que para mí --perdón si peco de mal pensado-- es una amenaza de muerte “velada”.
Espero sus comentarios en www.mrfootballmex.blogspot.com y en los correos rsanchezl@ova.com.mx y ricksan13@yahoo.com. Hasta la próxima

viernes, 23 de noviembre de 2007

Favre y la fuente de la eterna juventud


Levante la mano quien imaginaba que a estas alturas de la temporada Green Bay habría perdido sólo un juego para ser el mejor equipo de la Conferencia Nacional (NFC)… Imagino que nadie la alzó. Y no se sientan mal, la verdad es que ni siquiera en esa pintoresca ciudad de Wisconsin, donde habita la afición más devota de toda la NFL, esperaban lo que estamos viendo.
A estas alturas de la temporada anterior, los Packers estaban 4-7. Una semana después volvieron a caer y entonces ganaron sus últimos cuatro desafíos. Pero aceptémoslo, esas cuatro victorias no significaron nada, excepto el orgullo de no terminar el calendario con marca perdedora. Quiero decir, en ese momento esos cuatro triunfos no parecían el preludio de lo que hoy es un gran año para esta franquicia.
Es más, cuando en la pretemporada soltaron a su mejor corredor, Ahman Green, y tras un draft profundo, pero carente de grandes nombres, daba la impresión de que los Empacadores habían asumido que era momento de reconstruir el plantel, bajo la tutela de un entrenador en jefe apenas en su segunda campaña. Recordemos, incluso, que fue todo este vacilante panorama el que retrasó la decisión de Brett Favre de volver para una última campaña o retirarse.
Tras meses de suspenso, Favre anunció su regreso, pero inmerso en el equipo con el promedio de edad más bajo de la Liga y compitiendo en una división que congrega al campeón defensor de la Conferencia Nacional (Chicago), al equipo con el mejor corredor novato (Minnesota) y a un conjunto con un arsenal ofensivo de miedo (Detroit), la impresión era que, en el mejor escenario, Brett rompería algunas marcas de Dan Marino en otra campaña de 8-8.
Hoy vemos con inmensa satisfacción que Favre ha bebido de la fuente de la eterna juventud, esa misma que irriga al roster de los Packers, que entre sus 22 titulares (al menos los que jugaron el pasado jueves en Detroit), tiene a dos novatos, siete jugadores de segundo año y dos más en su tercera campaña.
Así, Brett no sólo está pulverizando los récords de Marino, sino que también vive el mejor inicio de campaña de sus 17 años como profesional y ha logrado que Green Bay vuelva a soñar con el Súper Tazón, justo este año en el que están conmemorando el décimo aniversario de su último título, en el Super Bowl XXXI.
¿Cuál es la diferencia entre este Brett y el de campañas anteriores? Simple, tarde, pero al fin le llegó la madurez. En años anteriores, Favre quiso compensar la escasez de talento en su equipo forzando sus pases. Confiaba tanto en esa escopeta que tiene por brazo, que abusaba de tratar de meter el balón en las manos de sus receptores en medio de tres o cuatro defensivos.
En estos días, Brett “The Great” se hace la vida más fácil y se beneficia de las bondades de un sistema como el de la “Costa Oeste”, cuyas rutas cortas abren el campo y le ofrecen varias opciones para lanzar en cuestión de segundos, sin necesidad de forzar los envíos. Y cuando la defensiva está suficientemente preocupada en descifrar estos esquemas, entonces les da el golpe letal con un bombazo, algo para lo que hoy tiene las piernas frescas de Greg Jennings y James Jones.
Ahora bien, aun con su marca de 10-1, Favre y sus Empacadores no han ganado nada, están empatados con los Vaqueros de Dallas como los mejores equipos de la NFC y el próximo jueves visitan el Texas Stadium --donde Brett tiene marca de 0-5-- para prácticamente definir cuál de los dos recibirá toda la postemporada en casa.
Está de más comentar la importancia que tiene para Green Bay llevar a todos sus rivales a la congeladora del Lambeau Field en enero. Basta decir que como local, Favre tiene marca de 40 victorias y sólo cuatro derrotas en partidos con temperaturas de un grado centígrado para abajo.
Esperemos a que transcurran los días para disfrutar de esta final adelantada de la Conferencia Nacional y, pase lo que pase, gocemos también con el que podría ser el último año en activo de uno de los jugadores más grandes que ha pisado un emparrillado de la NFL, el rejuvenecido Brett Favre.

Comentarios en www.mrfootballmex.blogspot.com y en los correos rsanchezl@ova.com.mx y ricksan13@yahoo.com

viernes, 16 de noviembre de 2007

¿Who is?.. o ¿Quién es?..



No, el título de la columna de hoy no se refiere a un servidor, aunque sirva la aclaración para presentarme brevemente. Durante los últimos 16 años he cubierto y analizado los deportes en diferentes medios de comunicación, en particular el futbol americano y el basquetbol, y ahora que felizmente me encuentro en Ovaciones, aprovecharé este espacio para hacer algunos apuntes sobre la temporada de la NFL, a la espera de que la alimentación sea retroactiva.
Ahora sí, vayamos al origen de este comentario.
Esta semana, el canal televisivo de la NFL, “NFL Network” --que en México se puede ver por cualquier sistema de televisión de paga-- dedicó su programa titulado “Who is…” a la temporada invicta de los Patriotas de Nueva Inglaterra, completando la pregunta con “… going to beat the Patriots?”, es decir, “¿Quién es… el equipo que va a derrotar a los Patriotas?”.
A lo largo de 30 minutos, algunos de los expertos de “NFL Network” analizaron a los rivales que enfrentarán los Pats en sus próximos ocho juegos y las posibilidades de que alguno de ellos pueda derrotar al conjunto de Bill Belichick, que busca completar la segunda campaña invicta en la historia de la Liga, algo sólo logrado por los Delfines de Miami, en 1972.
Analistas como Terrell Davis, Rod Woodson, Deion Sanders, Jim Mora, Steve Mariucci, Scott Hanson, Adam Schefter y Jamie Dukes mostraron respeto por equipos como Baltimore, Filadelfia, Gigantes y, sobre todo, Pittsburgh, por lo que ninguno se atrevió a dar por hecho que los Patriotas terminarán el calendario sin conocer la derrota, aun cuando posiblemente más de uno así lo piense.
Yo, honestamente, creo que sólo los Acereros son capaces de vencer en este momento a Nueva Inglaterra, con el asterisco de que el encuentro será en Foxborough, pero vayamos juego por juego.

En Buffalo / 18 de noviembre
Mucha gente cree que los Bills de Buffalo, debido a que en otro juego nocturno como locales, en la semana 5, estuvieron muy cerca de derrotar a los Vaqueros de Dallas, pueden vencer mañana a Nueva Inglaterra… ¡Olvídenlo! La defensa de los Pats es demasiado para el irregular J.P. Losman, máxime si se confirma la ausencia por lesión de su corredor estelar, Marshawn Lynch.

Filadelfia / 25 de noviembre
Es cierto, las Águilas han ganado sus últimos tres juegos en gira a Jets, Vikingos y Washington, conjuntos que se combinan para una marca de 9-18. Además, en el Gillette Stadium, los Patriotas han vencido a los cuatro conjuntos que han recibido este año por un promedio de 29.2 puntos.

En Baltimore / 3 de diciembre
Los Cuervos, aun cuando estarán en casa y en horario estelar, no son ni la sombra de lo que fueron el calendario anterior. Su defensiva, ahora sí, ya perdió un paso y su ataque, plagado de lesiones, sencillamente no hace suficientes puntos. No veo cómo pudieran vencer a New England.

Pittsburgh / 9 de diciembre
Los Acereros poseen una defensiva muy veloz y golpeadora, capaz de frenar la carrera, poner presión sobre Tom Brady y mantener controlados a receptores tan peligrosos como Randy Moss, Donte’ Stallworth y Wes Welker.
Al ataque, Ben Roethlisberger vive su mejor campaña como profesional y muestra la madurez que había carecido en sus primeros años en la NFL, Willie Parker devora yardas por tierra a granel y el cuerpo de receptores de los Steelers, con Hines Ward, Santonio Holmes y Nate Washington, sin olvidar a las alas cerradas Heath Miller y Matt Spaeth, serán un verdadero reto para la defensiva de los Pats. Y aunque el partido será en Nueva Inglaterra, el clima helado de esa época del año no afecta a Pittsburgh, donde, ahora sí bien aplicado, también hace aire.

NY Jets / 16 de diciembre
No quiero ni pensar lo que le van a hacer los Patriotas a los Jets en este desafío, considerando que el “videoescándalo” que ha puesto en duda la calidad de genio del coach Belichick y que alimentó el deseo de estos Pats de aplastar –y a veces humillar-- a cuanto rival les pongan enfrente, surgió precisamente en el duelo con los neoyorquinos en la semana inaugural.

Miami / 23 de diciembre
A estas alturas suena a locura pensar que los Delfines puedan vencer a los Patriotas, pero no perdamos de vista lo siguiente. Miami, siempre que ha tenido oportunidad de defender el pedazo de historia que le pertenece (es el único campeón invicto del deporte profesional estadounidense), lo ha hecho exitosamente (venció a Chicago en 1985 y el año pasado). Además, por alguna extraña razón, los Delfines juegan su “Súper Tazón” cada año ante los Pats, así que no los descarten.

En NY Gigantes / 29 de diciembre
He escuchado a mucha gente decir que Belichick no arriesgaría a sus titulares en el último partido del calendario regular, principalmente a Brady, Moss y Welker, entre otros, sólo por terminar con marca perfecta. Pero, ¿de verdad creen eso? Belichick está motivado por el “videogate” y jamás renunciaría a una oportunidad de esta magnitud, y mucho menos después de las declaraciones de Don Shula, que desde hace una semana pedía un asterisco por lo mismo de las videograbaciones a una posible campaña invicta de Nueva Inglaterra.

En fin, esperemos a que transcurran las semanas y, si así lo merecen, que los Patriotas reclamen un lugar privilegiado en la historia. Espero sus comentarios. Hasta la próxima.